Sala Rívoli, el único cine de barrio que queda en pie en Palma (con permiso del Sala Augusta y Cineciutat), en el que ahora se pueden ver películas de Woody Allen, cine en versión original, y otras "europeadas" serias, fue también en aquellos buenos tiempos que rememoramos carne de explotation salvaje a la italiana. He aquí un claro ejemplo: si los ellos hacen En busca del fuego, nosotros hacemos Los forjadores del mundo (Italia, Alberto Cavallone, 1983); eso si, nosotros lo embelleceremos con mucha sangre, mucha casquería y mucha tetaza... ¡que grandes son estos italianos! El caso es que las peleas a hostias limpias, pedradas y puñaladas con huesos tallados entre los Akray y los Kon, las tribus protagonistas del film, dan para una buena ración de desmembramientos, amputaciones, cercenamientos y canibalismo no apta para todos los estómagos. Todo un espectáculo visual para los paladares más curtidos.
Vente p'acá, cromañón, que te voy a medir el lomo con este huesaco de mamut que aluego utilizaré para hacer un caldo para sopa del recopetín!!! Que vida esa la de los prehistóricos, que lo reutilizaban todo...
El complemento para esta locura italiano-troglodita fue un telefilm americano que es estrenó en estos lares en salas de cine: Nacida inocente (EEUU, Donald Wyre, 1974), interpretada por la poseída por Pazuzu un año atrás Linda Blair, cuenta la historia de Chris, una muchacha que acaba en un reformatorio juvenil tras escaparse de casa de sus progenitores, que le pegan cosa mala. Y si ya era chunga su vida con esos padres malnacidos, la nueva vida que comienza en el reformatorio si que es para mear y no echar gota... La película está basada en una serie de novelas de Gerald Di Pego, también guionista de la película. Esta es sin duda otra muesca más en la filmografía teenager morbosa de la amiga Blair, que siempre llevó colgado el sambenito de adolescente problemática y mórbida, al igual que el de actriz de culto.
Linda Blair, en todo su esplendor como Chris. Desgraciadamente fue otro juguete roto relacionado con el séptimo arte.
Pako
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